miércoles, agosto 29, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 19. BANCARROTA

A un paso entre la quiebra y el suicidio, Javier Salazar decide reunirse con su asesor jurídico, Dolton Frizzy, de origen danés, intimo amigo de Salazar en un autoservicio cercano a la carretera para tratar de llegar a una solución y resolver el continuo vaivén de obstáculos en el desesperado intento de Salazar por salvar su economía.

Como era de esperar Dolton se estaba demorando. Mirando su reloj Javier tamborilea con las yemas de los dedos sobre la mesa, resoplando y tratando de escurrir el sudor con una sonrisa en los labios ante la atenta camarera:

-Maldito Dolton. Como se nota que no es su pellejo el que esta en juego-. Pensaba Javier entre sorbos a un café, ya, más que frío. -Estoy perdiendo el tiempo. ¿Qué esperas que te diga? El solo querrá mas dinero para más investigaciones, culpará a alguien de la empresa mientras la guillotina permanece estática sobre mi cabeza.

Mientras Javier podía ver como su cara se reflejaba vibrante en el fondo de la taza, una chica se había acercado a su mesa y parecía estar de pie mirándole:

-Pareces preocupado.
-Podría decirse que lo estoy…Muchas gracias por preocuparte-. Detrás de una leve pausa, continuó. -Ya le he pedido café a la otra camarera. Aretha, creo que se llama-. La chica soltó algunas carcajadas mostrando simpatía a la conclusión de Javier.
-Yo no soy camarera, que divertido. Es solo que parecías triste y pense que quizás quisieras hablar de tu problema, a ver si juntos podemos hacer que tengas un mejor día.
Ahora era Javier quien reía, para continuar:
-A no ser que sepas algo de finanzas, dudo mucho que puedas ayudarme.
-¿Finanzas?
-Finanzas, inversiones…economía en general-. La chica retraída con su muñeca sobre la frente descubría una figura llamativa para Javier. Seria el color de su vestido, la belleza primitiva de sus labios, la tersura de sus piernas…Cualquiera de estos motivos, o todos ellos, hicieron que buscara la cajetilla de tabaco para ofrecer un cigarro a aquella desconocida, todo con tal de continuar conversando un poco mas.
-Por favor, siéntate. Dime, ¿puedo saber tu nombre?
-Macarena, pero me dicen “Maki”.
-Javier, Javier Salazar-. Cruzada de piernas la joven eleva el umbral de su mirada hacia el rostro de Javier cubierto por una barba, que sonríe como divertida por la situación incomoda y la vez disimulada en la que se encontraba Javier. Como un animal hambriento mueve impulsivamente la lengua en su boca cerrada a la par que busca las palabras mas acertadas para el momento. Entonces la camarera de exageradas dimensiones interrumpe la conversación con un gesto de desgana a la entrega servicial que le impone su trabajo, comentando sin ápice de tacto:
-El café que había pedido.
-Gracias Aretha-. De la boca de Javier salieron unas palabras dirigidas a la chica que antes de poder ser entendidas fueron canceladas por un torpe movimiento con su mano zurda que derramó la jarra con la que Aretha le estaba sirviendo.
La chica no pudo evitar reírse ante la cara de indignación muda de Aretha. Javier se levantó, saco un pañuelo y se puso a secar como pudo las mangas de su chaqueta.

Mientras Javier luchaba cortésmente con la camarera por secar cuanto antes la mesa su móvil sonó. Era Dolton, bueno un mensaje que le había enviado:

“Te quedas solo, estas arruinado”.

Lanzo una mirada a la chica, le estaba sonriendo. Se disculpo y se alejó aun con el móvil en la mano marcando apresuradamente el número de su socio Dolton. Mientras trataba de comunicar con el se había desplazado ya hasta la puerta del autoservicio, noto antes de salir que fuera hacia calor y decidió permanecer en la entrada. La llamada continuaba dando tonos y sin respuesta.
-Dolton, hijo de puta coge el maldito teléfono…
-Dolton Frizzy, asesor jurídico.
-Dolton hijo de la gran puta. Se suponía que éramos amigos.
-¿Salazar? Yo no he tenido nada que ver. He intentado ayudarte pero ya no tienes “liquido” con el que pagarme. ¿Qué esperabas que hiciera? Es mi trabajo
-Me habéis jodido.
-Ha sido tu socio Travers. Ha puesto a la mitad de los inversores en tu contra para que retirasen los fondos e inmovilizasen los bienes, lo que ha conseguido que el capital de tu sociedad se vuelva negativo. De hecho, Jeff Travers seria el nuevo director de la empresa a día de hoy, pero ha solicitado una pausa administrativa por problemas familiares, al parecer su hija hace una semana que ha desaparecido de casa. En cuanto vuelva a sus funciones serás cesado de tu cargo y tu sociedad disuelta.
-Gracias por dejarme colgado, eres un amigo.
-Lo siento Javier pero solo son negocios.
-Por mi, podéis iros Jeff y tu a tomar por el culo-. Y con estas palabras Javier acabó de pronto la conversación para volver a la mesa cabizbajo, habiendo transformado sus inquietudes en una tremenda y repentina desilusión. Tras una breve pausa continuo su conversación con la joven:
-Veras, me pareces una chica muy simpática y me gusta mucho que trates de animarme, pero no puedo seguir hablando contigo, la ley de murphy se esta cebando conmigo mientras continuo aquí sentado. Demasiados problemas.
-No estés triste Javier. Mírame a mí, yo también tengo problemas y no dejo que estos me amarguen la vida. Ahora mismo, mientras hablamos, mi padre me esta buscando, me escape de casa por que estaba siempre demasiado liado con los negocios y no tenia tiempo para mi como antes, pero no me importa, estoy aquí hablando con una persona atractiva y que me escucha.
-Lo ves, tu tampoco estas…Un momento-. Una sonrisa se dibujaba tras el semblante serio y sudoroso de Javier. -¿Me dijiste antes que te llamabas Macki?
-Si. ¿Por qué?
-Por que…ahora que lo pienso…tienes un nombre español. ¿Es español?
-Mi nombre si, pero no mi apellido, me llamo Macarena Travers, mi padre no es español.
-Mmmmm…interesante. ¿Sabes que? Tienes razón, olvidemos nuestros problemas por un momento, quizás sea el momento de cortar con nuestra responsabilidad. ¿Te apetece dar una vuelta?

By: Joss

viernes, agosto 24, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 18. UNA LLAMADA IMPORTANTE

Bipeter Hershuftter sacó el ultimo pitillo de su paquete de Bertimol y lo encendió lentamente. Estaba desolado. Él era un tipo alegre, vividor, aprovechado incluso. Vivia cada momento y saca tajada a todo lo que podia pero ahora… Algo le había pasado, algo que le había convertido en cualquiera de esos tipos depresivos que veia constantemente pasar a su alrededor. Cualquier sicologo imbécil hubiera achacado este repentino cambio de actitud a su turbulento pasado, o a una cierta toma de conciencia de la responsabilidad jamás tenida. Y un huevo. Aquel mal que le inundaba tenia un nombre que no queria recordar y una puta nacionalidad: Finlandia. Aquel hijodeputa finlandes de mierda jugador de curling era su peor pesadilla. Solo le quedaba un jugador para completar el album de Panini del Mundial de curling, aquel rubio sudanes, y cada vez que creia haber encontrado el sobre que lo contenía… aparecia aquella cara, aquel bigote como manchado de leche, aquella puta fachada de tio empanado. La cara del demonio misma, el horror más incontrolable… el puto finlandes de mierda.

Todo aquello se había convertido en una obsesión para Bipeter. Todos sus amigos tenían aquel cromo, de hecho era relativamente fácil que te saliera en algún sobre, pero a él nunca le tocó y los amigos no querían cambiarselo. Esta situación le hacía sentir sumamente estupido, como un niño pequeño en el recreo, y le costaba recordar que él era un follador nato, una jodida tuneladora carnal, un buitre compulsivo que se alegraba de sentirse superior a gente como sus (en todo caso queridos) amigos Pasto y Terre. Eso tenía que cambiar y desde la segunda mesa numero 7 del Autoservicio, decidió echar mano a aquello que durante sus peores tiempos le sirvió como la mejor de las terapias. Si aquello no funcionaba, estaría perdido. Cogio el telefono y marcó un numero que se sabía de memoria. Respiró hondo, toda su salvación se encontraba tras aquella linea telefónica. Debía actuar como él sabía. Un clic sonó más allá del cable.
-“Superconejito lesbico”, le atiende Rossanna, ¿qué desea?
Bipeter puso su voz más femenina, algo que con el tiempo había aprendido a hacer a la perfección.
-Si.. hola, quería una sesión…
-Muy bien señorita. ¿es socía?
-No
-En ese caso le debo hacer una cuenta. Será solo un segundo. Por favor digame su nombre completo, dirección y nombre clave con el que quiere que se le llame a partir de ahora.
-Erika Manfredi. Vivo en el 21 de Road Dark Park, avenida Jonston, Huberia, Polo Norte.
-¿Polo norte?
-Sí, ¿no ve el prefijo?
-No sabía que hubiera un pais constituido en el Polo Norte.
-Emmm ha habido una revolución, hace un par de meses, no lo ha oido supongo, estamos muy discriminados por la sociedad de la información eurocentrista. Los esquimales se levantanron en armas, mataron a los cameruneses hasta ahora en el poder y han constituido un nuevo Estado. La Republica Fria del Polo Norte (RFPN)
- Interesante, no lo sabía. ¿Su nombre clave?
-Pulgita Macarrones.
-Eh… Pulgitas Ma…
-Era el nombre de mi abuela.
-Ah, vale. Muy bien, le pongo con una de nuestras chicas. La primera hora son una moneda y media por minuto, después solo una moneda por minuto. ¿Todo claro?
-Cristalero. Muchas Gracias.
-A usted pulgita. Le paso con una de las chicas, se llama Eliane.
-Vale.
Bipeter esperó unos segundos mientras sonaba de fondo una canción de “Tokio Hotel” que se llamaba “Sabemos que damos ganas de vomitar”. Poco a poco se iba sintiendo a gusto, recuperando ese algo e su interior que lo diferenciaba de los demás, pero aun no se encontraba… estaba muy dubitativo y no todo marchaba bien.
-Hola guapa, soy Eliane.
-Yo Pulgita.
-Ah, eso es porque eres pequeña y juguetona, ¿no?
-Lo cierto es que durante años tuve pulgas, pero ya no.
-Ah… muy bien, no pasa nada. ¿Estas relajada?
-Me he fumado medio jardin, asi que si, estoy relajada. ¿Y tú?
-Estoy muy buena cariño. ¿Quieres saber como soy?
-Claro.
-Alta, morena, pelo muy largo y rizado, color de piel caoba, pezo…
-¿La caoba es una fruta, no?
-¿Qué?, eeeh.. no, la caoba es…
-¡Un helicóptero!, ay como se me olvidan las cosas, que tonta soy. Sigue cariño.
-Si, esto… porque no te describes tú…
-No. Lo siento. Bueno, si. No, es que… bueno soy asi, normal, una chica normal…
-Venga, seguro que tienes algo que te diferencia de las demás.
-Me falta una pierna.
-¿Si?, ah, que bien… digo, no, por favor, pero… vaya, no pasa nada… Esto… Volvamos al tema. ¿Te estas tocando ahora mismo?
-Pues no.
-¿No?, pues yo estoy tumbada en mi cama, solo tengo puesto un tanguita y me lo estoy quitando ahora mismo. Me estoy tocando y estoy muy muy cachonda. ¿Por qué no te quitas tu también la ropa?
-Porque estoy en la calle y estamos a menos treinta grados. Es lo que tiene la Republica Fria del Polo Norte (RFPN)
-Ah, entonces… al menos tendrás los pezones duros, ¿no? –la telefonista no sabía por donde atacar ya, y empezaba a sentirse desesperada.
-Si, como piedras magmaticas de esas cuando ya estan solidificadas, no esas con poros y que son un poco feas, de las bonitas.
-Muy bien, ¿quieres decirme algo, nena? Te escucho.
-Pues… lo cierto es que si…
-Bien, me estoy tocando mucho, te escucho…
-Bien, te queria decir… ay me da cosa… no se como decirlo…
-Vamos pulguita, estoy a cien, es el momento, ¡dimelo todo, dimelo todo!
-Vale – Bipeter se levantó del asiento, se puso el movil delante de la cara y gritó con fuerza - ¡Las lesbianas sois toas muuu cerdas, muu cerdas, te dirias que te fueras a tomar por culo si no fuera por que sois incapaces de to-mar, to-mar! takatakataka¿Me entiendes? ¡Lo que vosotras haceis no es sexo, son MANUALIDADES! ¡zorra!
En ese momento colgó y cerró los ojos. Ahí estaba. Todo fuera, sin tensión, sin nervios… lo había conseguido, volvia a ser él. Le daba igual que todo el mundo le estuviera mirando, le daba igual que aquella mujer se estuviera acercando a él… con un… ¿telefono? En la mano…
Nika Talbot le tiró con velocidad el movil a la cara a Bipeter y sus gafas saltaron en mil pedazos. Tropezó y calló al suelo. Nika, consumada esperta en el arte marcial con cucharilla (James del Rosario podía dar fe de ello), cogió una y se la clavó en la entrepierna.
-Toma manualidades, “pulguita”.
Bipeter, sonrió entre los insufribles dolores y alcanzó a decir entre el murmullo de la gente:
-Lo que yo decia, joder, lo que yo decia: muuu cerdas, muuu cerdas…

miércoles, agosto 22, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 17. CUMPLEAÑOS INTERRUMPIDO




Moody Ford entraba por la puerta del Autoservicio recordando la ultima vez que estuvo por alli. En aquella ocasion se reencontró con su furciana favorita, aunque lo que mas recordaba de aquel dia fue la salida del establecimiento cuando vio a un tipo abrir el maletero de su coche y sacar una motosierra que guardaba alli junto a un balon de basket, un casco de obra y el mazo de un bombo. Mientras, desde el interior del coche se escuchaba a su madre diciendo: “Hijo, no tardes, y acuerdate que mi café es con sacarina”.

Una vez dentro, Moody se sentó junto a su compañero Platerio River, que apuraba ya su segunda cerveza haciendo tiempo a la espera del resto de compañeros para celebrar el cumpleaños de una de ellos.


Platerio River proviene de una isla con suerte, algo que él nunca tuvo y por eso se convirtio en inmigrante. Tiene varios hijos de otras tantas mujeres, e intenta rehabilitarse despues de una infancia, adolescencia, juventud y madurez en las que probó de todo. Ahora cerca de su jubilacion habia ocasiones en que parecia una persona normal.



- ¿Qué haces bebiendo cerveza? - le preguntó Moody - ¿Aquí no servian solo café?
- No, hoy por lo visto sirven tambien cerveza - respondio Platerio feliz, ya que la cerveza era la unica adiccion que se permitia.

Despues de esperar sin éxito a que alguien se acercara a tomar nota de lo que queria, Moody decidio acercarse a la barra y vio a Aretha, la camarera, sentada con una amplia sonrisa viendo como habia dos tipos que se habian adueñado de la barra y tiraban cerveza a diestro y siniestro, Moody preguntó a uno de ellos si servian café y éste, un tipo de piel blanca y aspecto leucémico, le respondió de forma clara y concisa:

- No, hoy solo birra, abe?

Moody cogió su cerveza resignado y volvió a la mesa recordando la ultima vez que tomó café, la imagen confusa de una canasta y una piscina sin agua vinieron a su mente: “Quizas tomar cerveza no sea tan mala idea, despues de todo”.

Volvió a la mesa y vio a Platerio que, sin saber muy bien de donde las habia sacado ya que no se habia levantado de la mesa desde que llegó, iba ya por su cuarta cerveza y miraba en direccion a la puerta por la que estaban entrando varios de sus compañeros. Uno de ellos, un tipo de treintaitantos y canoso que mostraba su rebeldia vistiendo camisetas de los Sex Pistols en el trabajo, y acostandose con jovencitas, despues entró un chaval que no solo conocia la existencia de un color llamado “lavanda” si no que que ademas era capaz de llevar camisas de ese mismo color, y finalmente una chica que era muda por voluntad propia.

Una vez sentados y saludados todos ellos, hizo su aparacion en el Autoservicio la homenajeada aquella tarde, Bela Nowitzkina, cuya entrada no pasó desapercibida para dos tipos que estaban sentados junto a la puerta:

- Vaya Huuubres!!! – gritaba uno, mientras que el otro solo acertaba a decir:
- ZORRA!!!

Bela se giró y puso una sonrisa juguetona, y es que ya se sabe, para bien o para mal, lo importante es que hablen de uno.


Bela Nowitzkina nació junto a un arroyo cuando las aguas bajaban turbias. Actualmente es una urbanista que sueña con vivir en un pais neutro como la lejia. Es muy heliocentrica y habla sobre ella constantemente, se autodefine como una chica interesante e inteligente, y nunca sabremos si es guapa o no, porque nadie la mira mas allá de su enorme par de…



Se sentó junto a sus compañeros y empezó a hablar utilizando su palabra favorita para empezar:

- YO acabo de ver algo increible. Estaba en una tienda y ha entrado un negro altisimo y con rastas, que empezó a decirle al dependiente que queria comprar unas cositas…

- Jojojojojojo - Moody la interrumpió con una carcaja - Seguro que era Miki Moore.

Todos sus compañeros le miraron extrañados haciendole sentirse una vez mas un incomprendido dentro del grupo. Mientras que Bela intentaba retomar su historia con cara de enfado, viendo que habia dejado de ser el centro de atencion por un momento.

- … pues eso, que el negro empezó a contarle una historia sobre un local en donde habia visto un cambiador de materia, y un tenedor animado, y que por eso se habia acercado a esa tienda, porque estaba intentando comprar los zapatos de tacon que le habia visto a una mujer en aquel local. Y el dependiente le mira y dice: Pero si esto es una tienda de comics. Entonces el negro le responde: Pues entonces deme el ultimo numero de Spiderman. Asi que yo todo furiosa le dije al negro: Eres un inculto, se dice “Spaidermen”.

Todos la miraron sin saber muy bien que pensar, y decidieron que era el momento de darle los regalos. Un libro, unos calcetines de colores, una horquillla para recogerse el flequillo sudado en el gimnasio y un pijama al que le faltaba la parte de abajo. Bela se quedó parada por un momento y finalmente se atrevió a preguntar:

- ¿Y la parte de abajo?

Las miradas de todos se clavaron en Moody, el autor de aquel regalo, que no le quedó mas remedio que sincerarse:

- Si yo solo te miro de cintura para arriba y de cuello para abajo, para que te voy a comprar algo para otras partes del cuerpo.
- Nunca entenderé tus gracejos… - empezó a decir Bela, medio enfadada medio halagada por tal comentario, hasta que fue interrumpida de repente por un sonido atronador, las luces del Autoservicio que empezaba a llenarse de humo se apagaron, fue entonces cuando la muda voluntaria se levantó y poniendo los ojos en blanco dijo:

- Yo conozco a James del Rosario porque es primo de Lolita.

By: Mugui

domingo, agosto 19, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 16. LOS PADRES DE RÖEN

Al local entraron una pareja con apariencia de estar jubilados. Roën sonrío al ver a esas dos personas, ya que, no en vano, eran sus padres. El local se encontraba totalmente desierto, por lo que Roën se permitió el lujo de colocar por primera vez el cartel de "Cerrado". Tomó esta decisión tras oír de boca de sus progenitores: "hemos venido a comunicarte algo muy importante". Tras escuchar esto, Roën dejó caer la escoba con la que barría el local, sacó un par de refrescos y se sentó en una mesa con sus padres. A Roën se le notaba muy nervioso, cosa que contrastaba con los rostros serenos de sus padres.





Tonde Aluchan está actualmente jubilado. Trabajó durante treinta años en Endesa cuyo último destino fue Barcelona. Antes de llegar a dicha compañía eléctrica, Tonde trabajó de granjero, frutero, carnicero y otras profesiones acabadas en "-ero" como, por ejemplo, electricista. Acram Kliel ha dedicado toda su vida a las labores del hogar. Estas labores las compaginaba con cursos de costura que impartía en su propio domicilio y también con catequesis que daba a los jóvenes del barrio. Según todas las versiones, la pareja se conoció en el bar Rubén y tras varios años y muchos serranitos se casaron y celebraron el banquete en el mismo sitio que se conocieron.





Ya sentados en la mesa fue Tonde el primero en tomar la palabra. - Pequeño, tanto tu madre como yo creemos que es el momento para comunicarte lo que nos ha traído hasta aquí

- Me estás asustando.Por favor, sueltalo lo antes posible- dijo Roën visiblemente alterado.

- Verás, es que no sé cómo empezar. Mejor será que te lo diga tu madre que tiene mejor don de gentes.

- De acuerdo, yo se lo diré- susurró Acram- Roën, ¿no te resultaba extraño que en casa no hubiera ninguna foto de cuando eras pequeño o de tu bautizo? ¿No te daba que pensar que nunca hablasemos de tu infancia?

- Pues sí, ahora que lo dices. Era algo extraño, pero tampoco le daba mucha importancia.

- Claro, empezaste tan temprano con los porros.

- Jejeje, que razón tienes Acram.

- Esa es otra. ¿No te resultaba raro que no te dejasemos llamarnos papá y mamá? ¿No te resultaba extraño que nunca te llevásemos a las comidas de la familia?

- No, pero vamos que me hacíais un favor.

- Creo que estás dando muchos rodeos- añadió Tonde

- Cierto es cariño. Roën eres adoptado.

- Jajajaja ¿para eso tantas vueltas? Ya lo sabía. No era muy lógico todo eso, ni tantas muestras de cariño excesivas. Además, no parezco a ustedes na mierda. Jajajaja

- Ufff... veo que te lo has tomado bien -dijo con una sonrisa Tonde

- Sí, tan bien que os voy a echar ahora mismo de aquí por haber mantenido esta farsa durante todos estos años, so cabrones

- No hables así- gritó Acram

- Callate zorra. Ahora voy a hablar yo y voy a expulsar todo aquello que me he guardado durante estos años y que es la causa de todos mis males y mis traumas que no me dejan ser una persona normal.

Los rostros de Acram y Tonde se descompusieron. Roën se levantó y alzando la voz empezó a decir

- Acram, claro que eres cristiana, sí lo demostrabas siempre que Tonde se iba de viaje. Amar al prójimo era tu mandamiento favorito y por eso amabas a tres cada vez que Tonde se iba. -Acram rompió a llorar-. Además, cómo gritabas y cómo gemías... que cerda

- ¿Es verdad eso?- preguntó Tonde

- Sí - entre sollozos contestó Acram -

Te perdono, aunque ¿por qué no gemías conmigo, ni gritabas? -bromeó Tonde.

- Callarse que estoy hablando yo. ¿Qué por qué no gemía contigo? Pero... ¿cómo va a gemir, si era de sobra conocido por todos que te olía la espalda a Brummel y que te alucinaba morder almohadas?. Encima drogadicto. Siempre recordaré aquello de "estos polvos que toma papá por la nariz son para el resfriado"... hay que ser hijo de puta. Y con razón se acababa el papel Albal tan pronto en casa.

Tonde y Acram se fueron de Auto-servicio a toda prisa cuando se toparon en la puerta con Héctor Rochas quien perguntó a Roën.

- ¿Por qué carajo estaba puesto el cartel de "CERRADO"? ¿Quienes eran esas dos personas? -

Eran dos farsantes que decían ser mis padres. El cartel lo he puesto porque han venido a decirme una cosa muy importante y no quería que me molestase nadie.

- De acuerdo, pero no lo haga más. ¿Qué te han contado?

- Nada que no supiera antes

- Ajá, ¿ponemos música? -sugirió Rocha

- OK, por ahí tengo el CD grabado por Chiquetete e Isabel Pantoja que se llama "Coplas desde la cárcel"

Roën cogió de nuevo la escoba y siguió con la limpieza del local, mientras Héctor ponía música.


By: Litu

viernes, agosto 17, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 15. VOCES DE NIÑOS

Pasto y Terre abandonaron el Autoservicio y al hacerlo, solo quedaron dos personas dentro de él: Alicia Tockeneville, en la mesa numero 10, la más alejada y oscura, y Roën Aluchan . Este último, después de haber sido despedido por el dueño del Autoservicio Hector Rocha por sus continuos ataques de impertinecia hacia los clientes, había recibido tres días atrás la visita del susodicho Hector, en el que de rodillas y casi llorando le había pedido que por favor volviese al trabajo. Roën, ciertamente sorprendido le preguntó el porqué y Rocha simplemente se levantó, se secó las lagrimas y le dijo, muy serio:
-Hay que salvar a las ardillas, tío.

Asi que ahí estaba de nuevo, esta vez cubriendo el ultimo turno de diario (la cafeteria-autoservicio abría 18 horas al dia: en las primeras 8 trabaja Aretha, en las dos del medio solía estar Hector Rocha aunque nunca antendía a los clientes y la gente solía ir y servirse el cafe detrás de la barra, y casi siempre dejaban el dinero encima; las últimas 8 horas volvian a ser para Roën. Los cambios de turno, en todo caso, eran comunes y eran decididos por Rocha al azar). Roën quería haber cerrado hace tiempo y ya solo quedaba un cliente. Pero aquella pendona del rincón no parecia querer irse. Llevaba mas de dos horas llorando en la ultima mesa, y Roën empezaba a mosquearse.
Alicia Tockneville, una de las supervivientes de la que con el tiempo fue llamada “la pescadería del autoservicio” (unas quejas y denuncias del sector de carniceria y charcuteria hicieron que en la ciudad no se pudiera ultilizar más el termino “carniceria” para designar a las cruentas matanzas), lloraba desolada sin saber que hacer. Después de leer en su horóscopo el mes pasado que las proximas ( y ya pasadas) cuatro semanas serian de recuentros con viejos amigos y de época para empezar nuevas amistades, Alicia había comprobado que nada de aquello había sucedido (a parte del encuentro casual y solo momentaneo de su vieja amiga Virginia Fox) y después de varias meditaciones y cuatro ginebras con zumo de melocotón había comprendido que ella jamás tuvo amigos a los que ahora pudiera recuperar, y que nunca hacia amistades: toda la gente se acercaba a ella por su dinero o por sexo. Y eso le había parecido bien hasta ahora, en la que por circustancias de la vida, habia comprendido que la gente pasaba a su alrededor como quien mira a un maniquí curioso y luego sigue adelante, olvidando a los cincos segundos que aquello había existido y siguiendo su camino. Alicia Tockneville estaba sola en el mundo, y eso la hacía llorar.
Intetaba concentrarse y recordar si de pequeña en el colegio llegó a tener amigos cuando unas voces, o más bien gritos de niños empezaron a oirse y a molestarle profundamente. Alicia miró a través de la cristalera pero en aquella llanura todo era oscuridad, no se veía a nadie. Los gritos eran cada vez mayores.
-Me cago en la leche –dijo entre dientes- Esos niños ya deberían estar en la cama y no jugando en el culo del mundo, ¿no cree?
Pero Roën Aluchan estaba arrodillado detrás del mostrador buscando algo y no le respondió.
Llegó cierto momento en el que Alicia no era capaz de escuchar nada que no fueran aquellas voces agudas e histericas, y se levantó con intención de espantarlos y dejarla sola con sus pensamientos. Roën vio como la bella pero hortera de cojones mujer salía del local. A continuación cogió la única taza que aun quedaba sucia y comenzó a limpiarla con un paño azul caoba. A los dos minutos la mujer volvió con la cara palida. Entró y se quedó unos instantes quieta, escuchando con cara horrorizada.
-¿¿Donde… donde estan los niños??
Roën frunció el entrecejo.
-¿Niños?
-¿no escucha esas voces? Son niños… estan gritando, ¡si casi no puedo oirle a usted! He salido a buscarles y no había nadie, ni se oía nada y ahora… vuelvo aqui y estan de nuevo, ¡las voces!
-Oiga señora, disculpeme pero yo no estoy escuchando nada. Aqui no hay niños… al menos… no hay niños vivos…
Alicia grito como una loca y salió corriendo del local, dejando atrás el bolso, las copas sin pagar y la dignidad.
Roën permaneció unos momentos callado, mientras veía a la mujer correr y perderse entre la lejana oscuridad. Luego rio entre dientes, sacó el radiocassette que tenía bajo el mostrador y lo apagó. Sin duda aquella cinta que encontró con las voces de aquellos niños gritando y llorando le funcionaba de maravilla para espantar a los rezagados. Se giró y colocó la ultima taza. Bostezó, se desperezó estirandose y se tiro un sonoro pedo con reminiscencias a la obra musical de Coldplay. Luegó se giró y sin dar credito a lo que veía, ante si estaba un niño fantasma. Lo de fantasma lo dedujo porque era medio transparente y lo de niño por su corta edad y complexión fisica infantil. El niño sangraba profusamente y lo miraba con frialdad mortuoria. Habló:

-Llevas mucho tiempo usando la cinta para auyentar a la gente pero no sabes la verdadera historia. No sabes porque los niños lloramos en esa cinta. Yo soy unos de ellos. Y vamos a llevarte con nosotros.
A Roën le entró un escalofrigo, o sea, un helado Frigo de escalope, justo por la parte de atrás del pantalón, después de caer de una estantería.
-Como soy bueno te daré tres oportunidades: si averiguas porque lloramos los niños de la cinta, te dejaré libre, si no lloraras con nosotros el resto de tu vida, metido en esa cinta.
-Tres oportunidades. Veamos… joder que tensión.
-De hecho es bastante fácil de suponer. Esto es una pista, para que veas que soy bueno.
-Bien –Roën suspiró, nervioso- ¿puede ser… puede ser que un cura yonki abusara de vosotros en un orfanato para dementes seniles pre-adolescentes, mientras os juraba que el mundo era de color de rosa, en un dia de verano… todos juntos… en una habitación… eemmm… puede ser?
El niño lo miró flipando.
-¡Pero que me cuentas! Te he dicho que era fácil. ¡Mucho más fácil!
-Joder… a ver… Puede ser que estabais todos juntitos haciendoos pajillas como hacen los niños cuando alguien cambio de canal y por casualidad visteis el ultimo capitulo de Doraeemon, y aunque jamas habiais visto Doraeemon porque es una mierda de cojones os dio pena el podre niño hijolagranputa ese que se lo había inventado todo y llorasteis por él?... Quizas por que tambien teniais gato?
-¡Pero estas loco, hombre! ¡Más fácil, mucho más fácil! –El niño se estaba poniendo rojo transparente.
- Dios, solo una oportunidad. Ok, ya lo tengo. ¡Si, tiene que ser esto!. Joder me la estoy jugando. Vale, niño, escucha: estabais jugando al boleisbol en la playa, justo al lado de un centro de radiofusión de telenovelas francesas, y entonces una pelota salió disparada y le dio al edificio y este empezó a emitir una radio novela, aquella en la que la protagonista mata a su marido porque el decia que ella le parecía especialmente guapa cuando se la chupaba, porque asi parecia más delgada. Es eso, y vosotros os pusisteis tristes ante la clara alusión a la guerra de Irak y llorasteis, y algún mamon lo grabó.
El niño empezó a combulsionarse, el rojo se convirtió en naranja y la boca, en un gesto de locura, se le abrió, cada vez más, y más, y más hasta que la boca lo abarcó todo, el niño explotó y Roën salvó la vida.
Entonces dio una palmada al aire, alzó el puño y dijo:
-¡Toma ya, comete esa, niño muerto!