miércoles, noviembre 28, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 26. UNA CITA SILENCIOSA

Despues de ver por millonesima vez El Señor de los Anillos, las tres pelis seguidas y en version extendida, Pasto habia sufrido un ataque de nostalgia, no sabia si era por el atracón de palomitas, el subidón de azucar de tanto Care-Taker, o el ver a los hobbit retozando en la cama en la ultima escena de la pelicula. El caso es que ahora que intentaba pasar por una persona respetable echaba de menos esa vida friki que solia llevar, y aquellas conversaciones por chat sobre Star Wars, Star Trek, Star Cuatro o cualquier otra saga milenaria, con gente con una vida tan vacia como la suya. Asi que al acabar la peli decidió entrar en uno de esos chats y allí, mientras discutía sobre la condicion sexual de Sam y Frodo, la conoció.

Ella habia entrado como todas las noches en su chat favorito, alli trataba de alejarse lo mas posible de su solitaria vida, y no por falta de pretendientes, a quienes solia espantar una y otra vez a causa de su carácter reservado. Aun asi aquella noche habia conocido a alguien y decidió darse una nueva oportunidad quedando con él.

Pasto se encontraba en su mesa habitual del Autoservicio, habia decidido quedar con la chica del chat en un sitio conocido para sentirse mas seguro, aun asi sus piernas le temblaban y sin darse cuenta estaba pensando en voz alta:

- Espero que sea una tia de verdad, que en los chat nunca se sabe. Su nick al menos era un nombre de chica en élfico, espero que no sea un fricorp maricón al que le pone Legolas y su arco. Parecia inteligente, y tambien le gustaba el manga, ojalá se parezca a Bulma…

- ¿Bulma? – Hector Rocha que pasaba por su lado en ese momento le habia escuchado y decidió meterse donde no le llamaban, como siempre – Wowww tio que buena estaba el dibujo animado ese, y el capullo de Yamsha no era capaz de ligarsela nunca, y mira que la serie era larga, que pringao, jajajaja. Oye si algun dia estás necesitado que sepas que en el cuartillo tengo guardada una muñeca, si tio de esas hinchables, y tiene los ojos grandes como todos los putos dibujos japos, ademas le he pintao el pelo de azul, asi que si quieres una sesion de hentai, ya sabes.

- No, no - contestó rapidamente Pasto, quien se maldecia de que le hubiera escuchado el colgao del dueño - Hoy estoy servido, otro dia.

Mientras Hector dejaba en paz por fin a Pasto, ella hacia su entraba en el autoservicio. Se quedó en la puerta y echó un vistazo a todas las mesas buscando a su cita. Le había dicho que estaria sentado en la mesa cuyo numero era el segundo del codigo de Perdidos y llevaria una camisa color coral. Ella llevaba las mechas blancas como Picara y su anillo colgado al cuello. Cuando por fin le vio éste estaba girado y miraba con mala ostia al dueño del local que se alejaba de su mesa mientras cantaba a grito pelao “Vamos con afan, todos a la vez…”. Ella se acercó a la mesa y esperó en silencio mirandole fijamente mientras esperaba a que se volviera.

- ¿Y tu que miras, pu…? – Pasto todavia alterado se quedó callado de repente dandose cuenta de que era la cita que estaba esperando. Viendo que habia metido la pata se levantó rapidamente para saludarla como un caballero, pero tan torpemente que le tiró el café encima.

- ¡Mierda! Espera que cojo unas servilletas y te seco. – Pero cuando fue a coger el servilletero de la mesa, éste le miró con mala cara y no se atrevió a cogerlo asi que fue hasta la barra a pedir un trapo, y alli se encontró nuevamente a Hector.

- Wowww tio, ¿has venido a por la muñeca?

- Que no joder, que solo quiero un trapo

– Pero Hector ya se habia metido dentro y no le escuchó. Asi pues Pasto decidió meterse en la barra y pillar un trapo él mismo. Volvió a la mesa en busca de su cita que seguia sin decir nada y estaba a punto de irse. Le dio el trapo y la convenció para que se sentara. Parecia que por fin la cosa se tranquilizaba y podia empezar a hablar con ella cuando vio a Hector acercarse con una muñeca de pelo azul.

- Aquí te traigo a “Bulma”, espero que la disfrutes.

- Noooo, noooo, nooooo ¿Por que a mi? ¿Por queeee? – Pasto empezó a llorar desconsolado dandose cuenta como una vez mas habia fracasado en una cita. Ya fuera por su culpa o por la de sus conocidos que se las espantaban, el caso es que nunca triunfaba. Mientras, ella se alejaba silenciosamente pensando: “Está claro, hay dias que es mejor no hablar”.


By: Mugui