miércoles, agosto 29, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 19. BANCARROTA

A un paso entre la quiebra y el suicidio, Javier Salazar decide reunirse con su asesor jurídico, Dolton Frizzy, de origen danés, intimo amigo de Salazar en un autoservicio cercano a la carretera para tratar de llegar a una solución y resolver el continuo vaivén de obstáculos en el desesperado intento de Salazar por salvar su economía.

Como era de esperar Dolton se estaba demorando. Mirando su reloj Javier tamborilea con las yemas de los dedos sobre la mesa, resoplando y tratando de escurrir el sudor con una sonrisa en los labios ante la atenta camarera:

-Maldito Dolton. Como se nota que no es su pellejo el que esta en juego-. Pensaba Javier entre sorbos a un café, ya, más que frío. -Estoy perdiendo el tiempo. ¿Qué esperas que te diga? El solo querrá mas dinero para más investigaciones, culpará a alguien de la empresa mientras la guillotina permanece estática sobre mi cabeza.

Mientras Javier podía ver como su cara se reflejaba vibrante en el fondo de la taza, una chica se había acercado a su mesa y parecía estar de pie mirándole:

-Pareces preocupado.
-Podría decirse que lo estoy…Muchas gracias por preocuparte-. Detrás de una leve pausa, continuó. -Ya le he pedido café a la otra camarera. Aretha, creo que se llama-. La chica soltó algunas carcajadas mostrando simpatía a la conclusión de Javier.
-Yo no soy camarera, que divertido. Es solo que parecías triste y pense que quizás quisieras hablar de tu problema, a ver si juntos podemos hacer que tengas un mejor día.
Ahora era Javier quien reía, para continuar:
-A no ser que sepas algo de finanzas, dudo mucho que puedas ayudarme.
-¿Finanzas?
-Finanzas, inversiones…economía en general-. La chica retraída con su muñeca sobre la frente descubría una figura llamativa para Javier. Seria el color de su vestido, la belleza primitiva de sus labios, la tersura de sus piernas…Cualquiera de estos motivos, o todos ellos, hicieron que buscara la cajetilla de tabaco para ofrecer un cigarro a aquella desconocida, todo con tal de continuar conversando un poco mas.
-Por favor, siéntate. Dime, ¿puedo saber tu nombre?
-Macarena, pero me dicen “Maki”.
-Javier, Javier Salazar-. Cruzada de piernas la joven eleva el umbral de su mirada hacia el rostro de Javier cubierto por una barba, que sonríe como divertida por la situación incomoda y la vez disimulada en la que se encontraba Javier. Como un animal hambriento mueve impulsivamente la lengua en su boca cerrada a la par que busca las palabras mas acertadas para el momento. Entonces la camarera de exageradas dimensiones interrumpe la conversación con un gesto de desgana a la entrega servicial que le impone su trabajo, comentando sin ápice de tacto:
-El café que había pedido.
-Gracias Aretha-. De la boca de Javier salieron unas palabras dirigidas a la chica que antes de poder ser entendidas fueron canceladas por un torpe movimiento con su mano zurda que derramó la jarra con la que Aretha le estaba sirviendo.
La chica no pudo evitar reírse ante la cara de indignación muda de Aretha. Javier se levantó, saco un pañuelo y se puso a secar como pudo las mangas de su chaqueta.

Mientras Javier luchaba cortésmente con la camarera por secar cuanto antes la mesa su móvil sonó. Era Dolton, bueno un mensaje que le había enviado:

“Te quedas solo, estas arruinado”.

Lanzo una mirada a la chica, le estaba sonriendo. Se disculpo y se alejó aun con el móvil en la mano marcando apresuradamente el número de su socio Dolton. Mientras trataba de comunicar con el se había desplazado ya hasta la puerta del autoservicio, noto antes de salir que fuera hacia calor y decidió permanecer en la entrada. La llamada continuaba dando tonos y sin respuesta.
-Dolton, hijo de puta coge el maldito teléfono…
-Dolton Frizzy, asesor jurídico.
-Dolton hijo de la gran puta. Se suponía que éramos amigos.
-¿Salazar? Yo no he tenido nada que ver. He intentado ayudarte pero ya no tienes “liquido” con el que pagarme. ¿Qué esperabas que hiciera? Es mi trabajo
-Me habéis jodido.
-Ha sido tu socio Travers. Ha puesto a la mitad de los inversores en tu contra para que retirasen los fondos e inmovilizasen los bienes, lo que ha conseguido que el capital de tu sociedad se vuelva negativo. De hecho, Jeff Travers seria el nuevo director de la empresa a día de hoy, pero ha solicitado una pausa administrativa por problemas familiares, al parecer su hija hace una semana que ha desaparecido de casa. En cuanto vuelva a sus funciones serás cesado de tu cargo y tu sociedad disuelta.
-Gracias por dejarme colgado, eres un amigo.
-Lo siento Javier pero solo son negocios.
-Por mi, podéis iros Jeff y tu a tomar por el culo-. Y con estas palabras Javier acabó de pronto la conversación para volver a la mesa cabizbajo, habiendo transformado sus inquietudes en una tremenda y repentina desilusión. Tras una breve pausa continuo su conversación con la joven:
-Veras, me pareces una chica muy simpática y me gusta mucho que trates de animarme, pero no puedo seguir hablando contigo, la ley de murphy se esta cebando conmigo mientras continuo aquí sentado. Demasiados problemas.
-No estés triste Javier. Mírame a mí, yo también tengo problemas y no dejo que estos me amarguen la vida. Ahora mismo, mientras hablamos, mi padre me esta buscando, me escape de casa por que estaba siempre demasiado liado con los negocios y no tenia tiempo para mi como antes, pero no me importa, estoy aquí hablando con una persona atractiva y que me escucha.
-Lo ves, tu tampoco estas…Un momento-. Una sonrisa se dibujaba tras el semblante serio y sudoroso de Javier. -¿Me dijiste antes que te llamabas Macki?
-Si. ¿Por qué?
-Por que…ahora que lo pienso…tienes un nombre español. ¿Es español?
-Mi nombre si, pero no mi apellido, me llamo Macarena Travers, mi padre no es español.
-Mmmmm…interesante. ¿Sabes que? Tienes razón, olvidemos nuestros problemas por un momento, quizás sea el momento de cortar con nuestra responsabilidad. ¿Te apetece dar una vuelta?

By: Joss