martes, julio 24, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 14: ROëN EL FRACASADO

Era uno de esos días en los que Autoservicio solía estar más vacío que las playas en los meses de llover, pero, inusitadamente, el establecimiento se encontraba con todas sus mesas ocupadas, eso sí, la barra estaba totalmente vacía. Los integrantes de las mesas conversaban alegremente y algunos, incluso, jugaban a las cartas y otros tomaban algo para recuperar fuerzas, no en vano era media mañana de un día laboral. Roën Aluchan era el nuevo camarero que estaba a prueba en el local.




Roën Aluchan era republicano y católico y militaba en las filas de un partido anarco católico. Rondaba las treinta primaveras y dejó los estudios pronto, debido a su pronta adicción a las recreativas y a los porros durante los recreos. Por eso mismo motivo fue expulsado del seminario de Eritrea. Después de tanto vagar, encontró, casualmente, acomodo en Autoservicio.
Roën se acercó a la primera de las mesas donde dos jóvenes colegialas aprovechaban el último suspiro de su recreo. Antes de retirarle los vasos y pedirle que abonasen lo consumido, Roën les dijo “Mercury murió de cáncer de sida”. Las crías, asustadísimas, dejaron un par de monedas y corrieron, mientras que Roën soltaba una estruendosa carcajada.
Se dirigió a la segunda mesa en la cual se hallaba una señora que leía prensa de calidad, es decir, el 20 Minutos, cuyo sudoku en nivel fácil no era capaz de resolver. A Roën, antes de tomarle nota de lo que la señora deseaba, la señora le preguntó “pareces joven, ¿cuántos años tienes?”. Ella dijo “30” y él asintió complaciente. Luego, el le devolvió la pregunta de “¿cuántos años tienes?” a lo que la señora contestó igual que lo había hecho Roën anteriormente, es decir, “¿cuántos me echas?” y Roén gritó “6 ó 7 sin sacarla, so perra”. La señora, escandalizada, profirió palabras malsonantes, o sea, se cago en la puta madre de Roën; éste, lejos de enfadarse, volvió a reír sin remordimientos.
Tras este incidente, se encaminó hacia la tercera mesa que estaba ocupada por tres adolescentes que tenían sobre la mesa las Cartas Magics, la Hobby Consolas y la revista Superpop. Desayunaban un café sólo, no es un modo de café, sino que sólo pidieron café. Nuestro “agradable” personaje les comunicó si les hacia falta algo, a lo que fue contestado con una respuesta negativa. Cuando parecía que ya abandonaba la mesa y se encaminaba hacia la barra, alzó la voz hacia los jóvenes y les dijo
- ¿Qué no os falta nada? Os hace falta echar un buen polvo para que se os quite esa cara de pánfilos. Que sepáis que me dais violencia ajena. Sí, ¡violencia ajena!
Los jóvenes ni se inmutaron y siguieron con las cartas.
De repente sonó un ¡zas!. Había sido una propia colleja que había recibido Roën por parte de su jefe, le arrancó el delantal y lo empujó hacia la salida, señal inequívoca de que lo despedía. Roën, totalmente confuso, exclamó:
- No se porqué no triunfo en los trabajos cara al público.
By: Litu_enano