martes, julio 24, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 14: ROëN EL FRACASADO

Era uno de esos días en los que Autoservicio solía estar más vacío que las playas en los meses de llover, pero, inusitadamente, el establecimiento se encontraba con todas sus mesas ocupadas, eso sí, la barra estaba totalmente vacía. Los integrantes de las mesas conversaban alegremente y algunos, incluso, jugaban a las cartas y otros tomaban algo para recuperar fuerzas, no en vano era media mañana de un día laboral. Roën Aluchan era el nuevo camarero que estaba a prueba en el local.




Roën Aluchan era republicano y católico y militaba en las filas de un partido anarco católico. Rondaba las treinta primaveras y dejó los estudios pronto, debido a su pronta adicción a las recreativas y a los porros durante los recreos. Por eso mismo motivo fue expulsado del seminario de Eritrea. Después de tanto vagar, encontró, casualmente, acomodo en Autoservicio.
Roën se acercó a la primera de las mesas donde dos jóvenes colegialas aprovechaban el último suspiro de su recreo. Antes de retirarle los vasos y pedirle que abonasen lo consumido, Roën les dijo “Mercury murió de cáncer de sida”. Las crías, asustadísimas, dejaron un par de monedas y corrieron, mientras que Roën soltaba una estruendosa carcajada.
Se dirigió a la segunda mesa en la cual se hallaba una señora que leía prensa de calidad, es decir, el 20 Minutos, cuyo sudoku en nivel fácil no era capaz de resolver. A Roën, antes de tomarle nota de lo que la señora deseaba, la señora le preguntó “pareces joven, ¿cuántos años tienes?”. Ella dijo “30” y él asintió complaciente. Luego, el le devolvió la pregunta de “¿cuántos años tienes?” a lo que la señora contestó igual que lo había hecho Roën anteriormente, es decir, “¿cuántos me echas?” y Roén gritó “6 ó 7 sin sacarla, so perra”. La señora, escandalizada, profirió palabras malsonantes, o sea, se cago en la puta madre de Roën; éste, lejos de enfadarse, volvió a reír sin remordimientos.
Tras este incidente, se encaminó hacia la tercera mesa que estaba ocupada por tres adolescentes que tenían sobre la mesa las Cartas Magics, la Hobby Consolas y la revista Superpop. Desayunaban un café sólo, no es un modo de café, sino que sólo pidieron café. Nuestro “agradable” personaje les comunicó si les hacia falta algo, a lo que fue contestado con una respuesta negativa. Cuando parecía que ya abandonaba la mesa y se encaminaba hacia la barra, alzó la voz hacia los jóvenes y les dijo
- ¿Qué no os falta nada? Os hace falta echar un buen polvo para que se os quite esa cara de pánfilos. Que sepáis que me dais violencia ajena. Sí, ¡violencia ajena!
Los jóvenes ni se inmutaron y siguieron con las cartas.
De repente sonó un ¡zas!. Había sido una propia colleja que había recibido Roën por parte de su jefe, le arrancó el delantal y lo empujó hacia la salida, señal inequívoca de que lo despedía. Roën, totalmente confuso, exclamó:
- No se porqué no triunfo en los trabajos cara al público.
By: Litu_enano

miércoles, julio 18, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 13: EL HOMBRE DE LA SIERRA (Parte III)

El local empezaba a llenarse del apestoso rastro de la gasolina quemada por la sierra mecánica de James Del Rosario. Ya la había usado dos veces con fines seccionantes y eso, en un local cerrado, supone una buena capa de denso humo.

Mientras, los amigos Bepeter, el hombre de las estampitas de hockey, y Gary; sentados en la mesa 2 al fondo del local, empezaron a toser debido a la gran cantidad de la intangible marca de la muerte. Bepeter, muy cabreado por "el puto finlandés de mierda" que, de nuevo, volvía a salirle en el sobre de estampas, estalló debido a la circunstancia (unido esto a que lleva siete meses sin follar) y se levantó, ante la estupefacción de Gary. Éste intento retenerle pero Bepeter, por una vez en su vida, había decidido ser agresivo. Se dirigió rápidamente al lugar de dónde pensaba venía el humo, ya que no podía ver muy claramente debido al escozor que la gasolina quemada producía en sus ojitos decididos pero asustados como los de un cordero camino del matadero. Cuándo al fin pudo observar algo con claridad, vio a una mujer muy elegantemente vestida con una cucharilla a sus pies de frente a él, y de espaldas a un autentico armario empotrado sosteniendo una motosierra, que se carcajeó escandalosamente y tiró de la cuerda que la arrancaba.

Para sorpresa de Bepeter, nadie gritaba o gesticulaba. Todos estaban absortos esperando ver cuál era el plan de Nika Talbot, la mujer trajeada. Pero él no estaba dispuesto a seguir tragando humo, humo que por cierto, al ser arrancada la motosierra, fue a parar directamente a su cara, hecho que le convenció aún más de qué era el momento de imponerse. Dijo:

- ¡Eh, tú, PINTAMONAS! - Mientras avanzaba, y lanzó una torta al aire (Bepeter no le había pegado nunca a nadie, ni siquiera a nada) pero tuvo la suerte de, al menos, rozar el casco como de albañil que llevaba James y consiguió quitárselo, perdiéndose por el suelo del bar, cayendo en la dirección de Nika y su mesa.

James siguió el casco con la mirada y se dio la vuelta lentamente. Bepeter quedó fascinado por el estilo de peinado del cruento hombre, tan exageradamente estrafalario era qué le recordó al chiste del peluquero y, debido a los nervios, soltó una leve risa que fue rápidamente interceptada en el aire por las estruendosas palabras de Del Rosario, que se elevaban incluso por encima del motor de la sierra. Decía:

- ¡¡¡ LO QUE ME FALTABA ES QUE UN PARGUELA COMO TÚ INTERRUMPIERA MI MISIÓN !!! - y se lanzó a por él.

Stefanep no podía apartar la mirada de los dos cachos que quedaban intactos de su amigo Hertem, el del cambiador de materia. Y tuvo una idea al ver el servilletero que justo estaba en medio de las dos mitades, a modo de corazón metálico expendedor de papel. Usaría con su descuartizado colega y el metal el cambiador, intentando una fusión a lo Terminator 2. Lo activó y una especie de corriente eléctrica pero de color verdoso se dirigió en forma de rayo hacia el servilletero, creando una especie de campo de fuerza que englobaba las dos mitades de su amigo Troms. Un haz de luz deslumbró a todos los presentes menos a Virginia y Alicia, que aún llevaban las gafas de sol fashion de tenderete de rumanos. Sabían que eran malas para la vista, pero preferían eso a no llevarlas, eso era malo para su status y esto si que no se lo podían permitir.

Con el relumbrón, qué despistó a James, aprovechó Bepeter y salió por patas. Simplemente, se dio la vuelta y corrió como si viera a través del humo…como si viera el ventanal al qué se dirigía directamente, el mismo que horas antes habían repuesto, ya que la extraña visita, ese hombre que decidió salir por la ventana después de iluminar al personal a modo de Mesías de Todo a 1 Moneda, lo había hecho añicos de la misma manera horas antes. El hombre de la sierra se quedó observando la huida. No iba a perseguirle con una motosierra encendida en la mano, eso sería de locos. Así que grabó su cara en su memoria y pensó: - A la próxima, amigo, a la próxima – Y volvió a darse la vuelta lentamente mientras decía: - Pero vayamos paso a paso…

Una voz le interrumpió, y sus gritos resonaron en la sala cual hámster mientras le viviseccionan:
- ¡¡ WoooOOOooooOOooOW !! ¡¡ Fiiiieeesstaaaaa !!

Era el demente del dueño, Héctor, que estaba flipando. Estaba intentando lamerse el codo, que previamente se había llenado de crema pastelera para hacerlo más apetecible, cuándo olió el humo, salió hacia fuera y al ver el panorama, pensó que sus clientes le habían dedicado una fiesta sorpresa por su cumpleaños, que aunque era dentro de tres meses, le hizo tanta ilusión la idea que la creyó como cierta. Fue rápidamente al otro extremo de la barra y pulsó un interruptor, el cual hizo que varios láser emergieran del techo y comenzaran a inundar la sala entre el humo, a modo de discoteca ochentena.

- ¡¡ Graciaaas amigooos !! - gritaba subido a la barra mientras bailoteaba al ritmo de una paloma coja - ¡¡ No me esperaba algo así !! En el botiquín hay drogas, ¡ serviros vosotros mismos ¡ - gritaba mientras metía las manos en sus bolsillos y tiraba pastillas de éxtasis hacía arriba como si fuesen lacasitos, intentando cazarlos con la boca, e incluso las masticaba si lo conseguía.

Vio a Aretha, ya curada de espanto, con cara de aburrimiento, qué a su vez observaba al hombre de la sierra que no podía estar ya más desconcertado.

"Novatos" – pensó Rosseta. En ese preciso instante, vio algo metálico volar directamente hacía el motor de la sierra. Era la cucharilla que Nika tenía a sus pies. Masturbatori o su alter ego (aún Nika no podía reconocerle con ese absurdo casco) había recobrado la conciencia lentamente, y con una mirada hacía el infinito, cómo de autista. Al ver al hombre de la sierra y ver la marca Palmera de su sierra, no dudó en recoger la cucharilla que su hermana había dejado caer al suelo y se la lanzó al punto justo dónde el motor se atrancaría y griparía, no sin antes causar una sonora explosión en manos de James Del Rosario.

James chilló, Nika se volvió hacía su hermano y le abrazo fuertemente, tan fuerte que consiguió, sin quererlo, con sus zamarreos quitarle el casco, el cual cayo al suelo y cascó, nunca mejor dicho, con un sonido extraño, parecido al de un televisor cayendo a una bañera llena de espuma de gel de hotel. En ese momento, se separaron y al mirar a la cara a Masturbatori, observó que llevaba el mismo extraño peinado que el hombre de la motosierra, lo cual le hizo pensar. Pensó en qué, si le había salvado de una muerte prácticamente segura, no iba a rallarse ahora con que si eran hermanos de sangre o de casualidad, así que fuera él sangre de su sangre o su alter ego espacio-temporal, le daba igual. Le quería. Y es que los amigos se escogen, pero la familia...en fin…que todos tenemos nuestras filias y fobias…ya sabéis que quiero decir.

Pasto, Terre y Sr. Pitoso llevaban todo el rato luchando contra James Pelele, el que quería ser el héroe de la noche. Cuándo éste observo que el hombre de la sierra se quedó sin manos y, por tanto, sin sierra; dejó de forcejear intencionadamente con Pasto, ya que él podía liberarse cuando quisiera pero estaba cagado y sólo quería aparentar que quería enfrentarse a James, pero no realmente hacerlo. Fue hacía el asesino de los brazos reventados con intención de reducirle mientras éste estaba de rodillas, desangrándose lentamente y con una cara de furia inigualable, nunca llegaría Pelele a ver una cara parecida…ya que éste le lanzó un mordisco al más puro estilo caballero negro de los Monty Phyton, aunque James Del Rosario si qué sabía morder y le arrancó de cuajo la vena aorta, o la que sea que se encuentre en el cuello.

Mientras Pelele se desangraba, se le escuchaba murmurar : " Euppor si mouve " - una y otra vez, cada vez más largo, más agonizante..hasta que al fin..cayó y calló para siempre.

Pasto, Terre y Sr. Pitoso empezaron a descojonarse, llevaban un buen vacilón de "nosesabequéexactamenteperonoveascómonoshadejadodetocadosatodos". James Del Rosario parecía expulsar su último aliento mientras caía derrumbado al suelo, agotado, medio muerto; no sin antes quedarse mirando un buen rato hacía la mesa de Pasto y Terre, qué ya se habían hasta levantado de la mesa. Pasto se acercó y directamente, señalándole con el dedo, se iba a mear encima. Terre aplaudía y escudriñaba con la mirada como si estuviese en un cine y fuesen a salir los créditos.

Virginia y Alicia se acercaron al hombre desmembrado, agonizante ya debido a la perdida de una sangre que era de color extrañamente rojizo, como si estuviera mezclada con aceite de girasol. El hombre les pidió ayuda, mientras una le quitaba los zapatos y la otra le metía el tacón de aguja por un ojo. Los gritos eran indescriptibles. Para cuándo una ya le había reventado el globo ocular, otra ya estaba por la puerta con los zapatos en mano, y le decía: - ¡Eran Agatha Puig de la Cerda! ¡¡ Nunca lo habría imaginado !! - Y tras reunirse, mirarlos juntas y reírse por lo bajito cuáles zorras buscando un guarreo nocturno, se fueron rápidamente antes de que llegara alguna fuerza de la ley y el orden.

Al fin, en el bar reinaba la “habitual calma”. Aretha miraba al suelo con cara de cabreo pensando en que todas esas manchas de sangre iban a necesitar más de un bote de lejía para salir definitivamente. Héctor se había dado cuenta al fin de que ni eso era su fiesta de cumpleaños, ni la sierra explotando eran fuegos artificiales interiores, así qué, decepcionado, volvió a su cocina a experimentar un plato de nouvelle cousine, mocos sofreídos a la esencia de pedo diabético. Gary, el amigo de Bepeter, se levantó y se fue corriendo con cara de no volver nunca, no sin antes deslizarse con la sangre de James Del Rosario y caer sobre él, provocándole un gritito de nena que fue consecuencia del aumento del volumen de las risas de Pasto y Terre. Nika conducía a su hermano (o no) Masturbatori, que seguía con la mirada perdida, casi a rastras hacía la puerta, mientras iba diciéndole no se sabe qué cosas ininteligibles al oído.

Stefanep, por su parte, intentaba ver algo de lo que había pasado desde su mesa. Tanta acción le había dejado totalmente ido, no era consciente siquiera de lo qué había hecho cuando, de repente, lo recordó. Miró hacía dónde estaba el cadáver de Hertem Troms (¿o debería decir los medios cadáveres?) y no había nada. Sólo una voz:

- Stefanep, siempre supe que eras ímbecil, pero no sabía que llegarías a estos niveles tan altos y tan pronto...

Se volvió asustado al reconocer la voz de su colega y observó que del servilletero salían unas cuencas oculares iguales a las de su amigo Hertem.

Pasto llamó a Terre, ambos se acercaron riendo y le dijeron a…bueno…a esa cosa:

- ¡¡¡¡Míralo por el lado bueno tío, nunca te quedarás sin papel en el water!!!!

Todos, incluso Hertem o lo que quiera qué sea ahora, rieron al unísono. Al fin y al cabo, todos estaban medianamente o muy locos. Y habían sobrevivido a un auténtico infierno “colaborando”, así que…¿Por qué no reír? Sólo una persona quedó triste y taciturna, y ese era Héctor Rocha, el dueño, qué no conseguía captar la auténtica esencia de pedo de barrio obrero y la consideraba estrictamente necesaria para su nueva creación. Pero eso, amigos, ya es otra historia…

miércoles, julio 11, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 13: EL HOMBRE DE LA SIERRA (Parte II)

James del Rosario abre tranquilamente la puerta. Su fuerte brazo izquierdo puede mantener sin problemas la pesada sierra mecanica marca "Palmera". Nada màs entrar, puede percibir como se hace el silencio en el local y la atenciòn se centra en èl. Eso le gusta y sonrie tras su mascara.




James del Rosario nacio en Kansas, provincia de Badajoz, en Australia, en una fecha indeterminada, ya que no quedan documentos oficiales acerca de su persona. Despues de trabajar como cristalero en los laboratorios PalMac (Palacios y Macarrones), se enrolò en el ejercito Bosnio, donde participò en la Quinta Guerra Pùnica que enfrentò a Saharauis contra Yemenies eslovacos, guerra que se iniciò a causa de la publicaciòn en una revista checa de una caricatura del perro del dentista del rey de Turkmenistàn. De esa epoca existe la unica foto obtenida de su persona, algunos dicen que es la ùnica vez que sonriò. Todos creyeron que sufrio muerte en un ataque mexicano sobre tierras austriacas en la batalla antes mencionada. Desapareciò y nunca màs se supo de èl. Hasta ahora.




Del Rosario no tiene tiempo para hacer ni tan siquiera un gesto a los alli presentes cuando un tipo corre hacia èl, se arrodilla y le grita desesperadamente : Llevame contigo, por favor!!. En ese momento James Pelele, el potencial suicida, se levanta con intenciòn de enfrentarse al hombre que ha osado interrumpir su ultima cena, pero Terre le coge del brazo justo cuando pasa por su mesa y lo detiene.



-Què haces tio? Ese tio puede ser peligroso!



James Pelele no tiene tiempo de contestar, ya que en ese mismo instante Del Rosario arranca la sierra mecanica, la deja sonar unos segundos y con un gesto rapido corta la cabeza de Chris Stockolm, el joven que arrodillado frente a èl pedia que le llevara. La cabeza salta cual chapa de Care-Tacker y varios gritos de estupor se oyen en el local. La sangre salpica el suelo recien encerado Por Aretha.



-Mierda- dice està un poco egoistamente.



Alicia Tockneville y Virginia Fox, que estan sentadas en la mesa màs cercana a estos eventos, tienen pensamientos dispares: Alicia piensa instintvamente en la sensacion tan interesante que acaba de sentir: nunca le ha cortado la cabeza ha nadie y de repente siente el irremediable impulso de hacerlo. Es algo que tiene que hacer: definitivamente no puede morirse sin cortarle la cabeza a algun tipo con una sierra. Virginia Fox obvia la tragedia que acaba de ocurrir y sigue fijandose en los zapatos de James del Rosario. Aun no es capaz de saber si son zapatos de Calvin Klein o de Hugo Boch. Y esa incapacidad le asusta: se estara haciendo mayor?



James del Rosario mira a su alrededor, y despues de unos segundos encoge los hombros y dice:

-Bueno, pero, y que? El me lo ha pedido.

Quizas esperando una afirmacion que jamas llega, del Rosario espera aun varios segundos antes de hacer una mueca bajo su mascara y dirigirse a la barra, donde se sienta en un taburete y pide amablemente un cafe a Aretha, aun con gotas de sangre cayendo de su mascara salpicada.



En ese momento Hèctor Rocha, el jefe del local sale de la cocina con dos platos de ensalada con "frutos del desierto". El toque esencial del plato, como el suele decir, es "la pizca justa de arena entre las hojas de lechuga y el zumo de cactus verde". Al ver la escena, se queda momentaneamente parado.



-Wooowwww. Chaval! Pero que carajo ha pasado aqui? Vamonos de fiesta! Que momentazo y me lo he perdido. Ey tio, no te preocupes, esto lo limpiamos nosotros luego, yo te invito al cafe y a lo que quieras! Quien me ha pedido la puta ensalada???



James del Rosario levanta la mano levemente en gesto de agradecimiento mientras Aretha le sirve el cafè. Instantes màs tarde, Stefanep, que no puede aguantar la tensiòn que se vive, se levanta temblorosamente y se pone a gritar como una adolescente delante del cantante que le produce mas orgasmos cuando se toca en el servicio, en esos instantes previos a irse a la cama, cuando cree que su madre no le escucha... y se equivoca. Por que una madre atenta sabe lo que su hija hace siempre, y se siente defraudada porque su hija no folla tanto y se tiene que masturbar pensando en un cantante afeminado. Que verguenza.



-Por favor, por favor! -grita Stefanep- Oye tio, mira, dejanos salir, vale? solo a este tio y a mi -mientras indica con el dedo a su amigo Hertem Troms, que sostiene inquieto entre sus brazos el cambiador de materia- Este tio acaba de inventar una cosa que va a cambiar el mundo, macho. Tienes que dejarnos salir!!! Hazlo por la humanidad, tio!



Del Rosario escucha pacientemente todo lo que Stefanep le cuenta. Cuando calla, toma un par de sorbos del cafè. Como lo hace a travès de la mascara todo el cafe cae derramado y le gotea en los pantalones. Deja la taza sobre el plato, se dirige unos instantes a Aretha y le dice: "Muy rico". Luego se levanta lentamente del taburete, coge la sierra, la enciende y se dirige hacia la mesa numero siete ocupada por Troms y Stefanep.



-Asi que un invento que cambiarà el mundo, no? -dice con voz ronca y misteriosa James del Rosario.



El ruido de la sierra mecanica hace que Stepanef no se entere muy bien

-Como?

Del Rosario carraspea, se acerca un poco a Stefanep y alza la voz, intentado que le oiga mejor.

-Decia que "asi que un invento que cambiarà el mundo, no?". Es esta sierra, hace mucho ruido.

-Ya veo, ya, les podrian poner un silenciador o algo. No se. Pues si, es un invento revolucionario.

-Y de quien es el invento?

-ah! de aqui mi amigo Troms, es un genio!

James del Rosario ataca rapidamente el cuerpo de Hertem Troms, que antes de darse cuenta tiene el cuerpo partido en dos. Antes de su ultimo suspiro, tiene tiempo de decir: "Me cago en tus muertos, Stefanep". Los gritos vuelven a oirse, Hector Rocha intenta sacar fotos con su movil pero no le queda bateria. Alicia Tockneville esta poniendose realmente cachonda, mientras Nika Talbot intenta concentrarse en si el tipo que tiene delante es su hermano Masturbatori o el otro "yo" de una dimension desconocida.

-Repito -dice del Rosario- Y de quien es el invento?



Todo el mundo calla. La sierra ruge cada vez mas fuerte.



-Tuyo tio! -grita Terre, que aun tiene que sostener a James Pelele, que quiere avalanzarse sobre el asesino- El jodido invento es tuyo! Pero deja de rebanar al personal.



Màs allà de la barra Aretha no puede dar credito a lo que ven sus ojos. Acaban de contemplar dos asesinatos, una situacion traumatica vivida en grupo, y sin embargo su jefe intentar sacar fotos del evento, el tio que comia grasa y bebia ron a palo seco esta intentado ir a por el tipo de la sierra, las dos mujeres que antes la insultaròn racialmente, una no hace mas que mirarle los zapatos y la otra tiene una mirada lasciva completamente indescriptible. Y para colmo la mujer enchaquetada que hasta ahora habia permanecido impasible se levanta, con una cucharilla en la mano, y se enfrenta al asesino.



Y asi es, Nika Talbot lentamente se alza de su asiento, y con las piernas semi abiertas, en una posiciòn clara de duelo westerniano, permanence de pie, a unos diez metros de James del Rosario. Con una cucharilla en la mano. La tensiòn se masca en el ambiente, una bola de pajitas de colores pasa por el pasillo impulsada por el viento. Algo va a pasar. Nika mira fijamente a su adversario.



-Mira como lo estas poniendo todo -le espetà- ya podias ir parando de hacer el payaso, no?



James del Rosario permanece unos momentos callado. Se oye su respiraciòn chocar con la mascara. Despues se rie para si mismo y mira a los demàs.



-Ostia, chavales, paerece que nos vamos a divertir, no?



Nadie contesta. En ese momento se escucha un sonido. Nika Talbot acaba de dejar caer la cucharilla de cafè al suelo.



Ostias -dice Pasto casi en un susurro- Mira la tia, sin cucharilla ni nà.



martes, julio 10, 2007

Historias del Autoservicio. Capitulo 13: EL HOMBRE DE LA SIERRA (Parte I)

Antes de iniciar la narraciòn de los acontecimientos ocurridos con la entrada en el Autoservicio del hombre de la sierra, conviene hacer una breve descripciòn de todo lo que acontecia en dicho local en los momentos previos, una breve sintexis de todas las personas y todas las cosas que estaban sucediendo y que, con anterioridad, han sido aqui descritas:

En la mesa numero siete Stefanep Kurtzi asistia sorprendido a la exibiciòn que su amigo Hertem Troms le acaba de mostrar con su Cambiador de Materia (Capitulo 1: El cambiador de materia), consiguiendo que un tenedor cobrara vida y saliera corriendo por la mesa que ocupaban. La historia acaba justo en el momento en el cual Hertem se dispone a explicar a Stefanep el procedimiento de elaboraciòn de tan lucrativo aparato.

Un par de mesas atràs, en la numero cinco, los viejos amigos Pasto y Terre (Capitulo 6: Pasto, Terre y el Sr. Pitoso) se enfrascaban en una discursiòn sobre la capacidad de Pasto para cagar por dos personas, la misteriosa chica que todo el mundo veia andar por las calles de la ciudad pero que ninguno conocia o los futuribles empleos de Terre. En el momento en que se disponen a dejar el local en busca de un buen garito con aceptables cubatas hace su apariciòn el ya consabido hombre de la sierra marca Palmera.

En la mesa numero 10 Chris Stockholm (Capitulo 7: la fuerza empàtica) habia caido victima de las consecuencias que sus propios experimentos habian provocado en su persona, y despues de practicar sexo con Aretha en el "Rese vado", la emisiòn via radio de la canciòn Simpathy for the Devil habia provocado en Chris la incontrolable necesidad de arrodillarse delante del recien ingresado hombre de la sierra y gritarle: ìllevame, por favor!

Los problemas de numeraciòn de los creadores originales del establecimiento provocaron la existencia de dos mesas numero 7, en un simple despiste que provoco que en aquel local con diez mesas jamàs hubiera una mesa numero 9. En la numero 7 "bis" Nika Talbot, bien trajeada como era habitual en ella, acababa de ver como su hermano Masturbatori (Capitulo 8: 30 minutos màs) acaba de viajar a otra dimensiòn, cambiando su puesto por el Masturbatori de la dimension paralela. Nika aun no habia podido comprobar si el tipo que tenia enfrente seguia siendo su hermano u otro tipo con la misma apariencia cuando el ya conocido hombre-sierra abre la puerta del local.

James Pelele, antes de suicidarse, (Capitulo 9: la ultima cena) decide tomar una ultima comida grasienta y beber una botella de ron a palo seco. Es su momento, va a desaparecer y lo quiere disfrutar, pero en el momento en que ve aparecer al amenazante tipo de la sierra, James, indignado, se levanta, se quita la servilleta del cuello y anda hacia èl mientras murmura: No, no, no, eso si que no, este es mi gran día…

En la mesa numero 6 Alicia Tockneville y Virginia Fox, (Capitulo 11: Nostalgy Day) despuès de recordar todas las experiencias que habian vivido en comùn, tienen un enfrentamiento con la camarera Aretha, que culmina con la amenanza de esta ultima de estampar las copas de cristal sobre las cabezas de las otras dos.

Por ultimo, en la cocina, ajeno a todo esto, el propietario y jefe del local Hèctor Rocha prepara una ensalada por el llamada "de frutos del desierto".

Estas son las personas y estos son los hechos que se sucedian dentro de la cafeteria Autoservicio en el momento en el que el hombre de la sierra mecanica hace su apariciòn.